LOS USUARIOS OTORGAN UN NOTABLE AL SERVICIO DE TRANSPORTE URBANO EN LA ENCUESTA REALIZADA POR LA COMPAÑÍA DE TRANVÍAS
El director de la entidad presentó hoy los resultados de la consulta, que destaca el nivel de satisfacción, la reducción del viajero cautivo y el uso de nuevas tecnologías
Satisfacción global alta, reducción del viajero cautivo y uso generalizado de las nuevas tecnologías. Son las tres conclusiones principales de la encuesta de satisfacción sobre el servicio de transporte urbano de A Coruña, presentada hoy a los medios de comunicación en la sede de la Compañía de Tranvías por el director de la entidad, José Ignacio Prada. En el acto estuvo presente también Carlos Cigarrán, director de Sondaxe, que ha elaborado esta consulta en base a una amplia muestra de usuarios, a finales del año 2015.
En la rueda de prensa Ignacio Prada explicó que la nota obtenida ha sido de 7,17 puntos en satisfacción global. Se trata de una de las valoraciones más altas de España, teniendo en cuenta otras encuestas realizadas en ciudades similares a A Coruña. Además, la evolución ha sido muy positiva, ya que comparando los datos obtenidos en esta consulta con una encuesta realizada hace diez años se refleja que en 2006 6 de cada 10 usuarios estaban satisfechos con el servicio y en la actualidad ese porcentaje se ha elevado a casi 9 sobre 10. En la segregación por edades, la satisfacción es mayor a medida que disminuye. Es decir, que los nuevos usuarios, o los usuarios del futuro, están apreciando cada vez más el nivel de servicio ofertado.
Los aspectos más destacados en la valoración, que en todos los casos supera la nota de 6 puntos, se refieren a la flota (estado y limpieza o accesibilidad), que se sitúan en torno al 7,7. También se valora de modo muy positivo el trato del personal, la puntalidad, la información del servicio y la localización de las paradas, también con un notable. La valoración es bastante regular en todas las líneas, con pocas variaciones entre ellas, lo que denota que en general la satisfacción abarca a los usuarios de todos los barrios de la ciudad.
Respecto al usuario cautivo (que no dispone de otro medio de transporte alternativo al autobús para desplazarse), Ignacio Prada recordó que se ha reducido de forma sustancial y actualmente más de la mitad de los viajeros disponen de vehículo propio o de la posibilidad de ir como acompañante. En este sentido, cabe destacar que estos usuarios optan por el bus por motivaciones que se relacionan casi en mismos porcentajes con la falta de aparcamiento en destino y con la calidad del servicio. Apuntaba el director de la compañía que la incomodidad a la hora de estacionar, junto con la tendencia a la humanización de las ciudades con mayor transporte público y menos vehículos particulares es la tendencia, que va acompañada por políticas del fomento del transporte colectivo. En las motivaciones por edad, se observa que los usuarios cautivos abundan en menores de 24 años (no tienen coche), y se advierte que cuanto más jóvenes son los viajeros, más conscientes se muestran del aspecto medioambiental, lo que indica que han sido objeto de campañas de concienciación a nivel social y escolar desde la infancia. Si diferenciamos por ocupaciones, entre los viajeros cautivos abundan estudiantes, desempleados, jubilados y amas de casa, mientras que los trabajadores y otro porcentaje importante de jubilados ven el bus como una alternativa a circular en su vehículo privado.
El tercer factor principal estudiado: uso de las tecnologías, denota que cada vez está más extendida la utilización de aplicaciones móviles de información sobre el servicio, y que ya supera el 70%. Este dato es muy importante, ya que como recordó Ignacio Prada, el viajero es cada vez más dueño de su tiempo y puede planificar sus rutas y saber cuándo va a llegar el autobús sin necesidad de desplazarse a una parada. Si bien en este punto existe una brecha tecnológica en el sector de la tercera edad, el uso cada vez más generalizado del smartphone la ha reducido considerablemente. El director de la compañía también destacó el incremento de la utilización de las redes sociales y otros canales digitales para información y reclamaciones, frente al descenso de la llamada telefónica.